Es el principal catión de los líquidos extracelulares del organismo. Su papel es crítico para regular el balance hídrico, es decir, para mantener constante el estado de hidratación.
Un exceso de sodio (hipernatremia) puede provocar hipertensión arterial e incluso diabetes, y un déficit (hiponatremia) puede llevar a la desorientación e incluso a la muerte por edema cerebral. Entre sus funciones destacan:
- -Regulación del balance hídrico y volumen sanguíneo
- -Potencial de membrana de las células y transporte activo de moléculas
- -Transmisión del impulso nervioso
- -Contracción muscular
- -Balance ácido-base
La ingesta máxima recomendada por la OMS es de 2000mg/ día. Debemos tener en cuenta que el principal aporte de sodio (70-75%) a través de la dieta son los alimentos ultra procesados (refrescos, bollería industrial, alimentos precocinados…), y alimentos que contienen glutamato monosódico, aditivo potenciador el sabor, por lo que deberíamos reducir la ingesta de este grupo de alimentos. Solamente el 20% de la ingesta corresponde a la sal añadida al cocinar los alimentos, y menos del 10% del sodio que ingerimos procede de la composición natural de los alimentos y del agua.