Los minerales, en su justa medida, son esenciales tanto para la vida animal como vegetal.
Los seres vivos perdemos minerales a través del sudor, la orina y los desechos orgánicos. Debemos reponerlos con regularidad a través del agua y los alimentos, ya que no podemos sintetizarlos por nosotros mismos.
A pesar de que los minerales no nos proporcionan energía, tienen importantes funciones reguladoras del organismo y función estructural, pues forman parte de muchos de nuestros tejidos duros y blandos.
Los minerales más importantes que puede aportar el consumo de agua mineral natural son:
Es el mineral más abundante en el cuerpo humano.
Prácticamente está concentrado (99,9%) en huesos y dientes, e interviene en diversas funciones como:
Se recomienda ingerir un mínimo de 800-1500 mg/día. Su absorción puede verse limitada si tenemos bajos niveles de vitamina D.
Un déficit de Ca puede producir diferentes patologías óseas como alteraciones en el crecimiento de los niños, y osteoporosis en adulto.
El magnesio se acumula en el cuerpo humano en los huesos (función estructural y de reserva), en músculos, y en tejidos blandos, actuando de cofactor de enzimas intracelulares.
Entre sus funciones, algunas compartidas con el calcio, destacan:
Se recomienda una ingesta de 300-400 mg/día, que varía dependiendo del sexo, edad o situaciones especiales como embarazadas, cuyo caso aumenta la demanda de minerales.
Un déficit de este puede dar lugar a migrañas, ansiedad, espasmos musculares, enfermedades cardiovasculares, diabetes, osteoporosis...
Además, se han encontrado una asociación inversa entre las concentraciones de magnesio en el agua mineral natural y la mortalidad cardiovascular.
Es el principal catión de los líquidos extracelulares del organismo. Su papel es crítico para regular el balance hídrico, es decir, para mantener constante el estado de hidratación.
Un exceso de sodio (hipernatremia) puede provocar hipertensión arterial e incluso diabetes, y un déficit (hiponatremia) puede llevar a la desorientación e incluso a la muerte por edema cerebral. Entre sus funciones destacan:
La ingesta máxima recomendada por la OMS es de 2000mg/ día.
Debemos tener en cuenta que el principal aporte de sodio (70-75%) a través de la dieta son los alimentos ultra procesados (refrescos, bollería industrial, alimentos precocinados…), y alimentos que contienen glutamato monosódico, aditivo potenciador el sabor, por lo que deberíamos reducir la ingesta de este grupo de alimentos. Solamente el 20% de la ingesta corresponde a la sal añadida al cocinar los alimentos, y menos del 10% del sodio que ingerimos procede de la composición natural de los alimentos y del agua.
Son sales ácidas derivadas del ácido carbónico (H2CO3) que contienen el anión bicarbonato (HCO3-). El más importante es el bicarbonato sódico.
Actúan inhibiendo los ácidos del estómago (ácido clorhídrico); participa en el equilibrio ácido-base y es esencial para la síntesis de enzimas digestivas. La presencia de bicarbonato en el agua mineral natural puede ayudar a proteger contra la formación de cálculos renales.
Son aniones derivados del cloruro de hidrogeno, compuestos por el anión Cl-.
El más abundante en la naturaleza es el cloruro de sodio o sal común.
Los absorbemos a través del intestino delgado y, en nuestro cuerpo, lo encontramos concentrado en el líquido cefalorraquídeo.
Los cloruros ayudan a mantener equilibrado el líquido en el interior y exterior de las células de nuestro organismo, favorecen el equilibrio ácido-base, y son parte esencial de los jugos gástricos.
Son sales inorgánicas del ácido sulfúrico. Los más comunes son los sulfatos de sodio, calcio y magnesio.
Entre sus funciones destaca su papel en la producción de proteínas, formación de tejido conectivo y regulación hormonal, además de ayudar a eliminar sustancias de desecho en el hígado.
La reducción del sulfato consumido afecta acidificando el pH intestinal lo que puede influir en la aparición de enfermedades inflamatorias intestinales.
AGUAMUR, S.L. ha recibido una ayuda de la Unión Europea, con cargo al Fondo NextGenerationEU, en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, destinada al proyecto de instalación fotovoltaica.
Esta actuación se enmarca en el programa de incentivos para el autoconsumo y almacenamiento con fuentes de energía renovable, así como para la implantación de sistemas térmicos renovables en el sector residencial, impulsado por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y gestionado en la Región de Murcia.